Científicos descubren que el miedo puede transmitirse por herencia
Científicos de la Escuela Emory de Medicina en Atlanta, Georgia, han mostrado por primera vez que el miedo se puede transmitir de padre a hijos por medio del esperma, según un estudio que descubre un nuevo tipo de herencia genética.
Experimentos en ratones han demostrado que se les puede adiestrar para asociar un olor en particular con un recuerdo causante de miedo, y que este miedo puede transferirse a generaciones subsecuentes vía cambios químicos en las células de esperma del padre.
Los hallazgos hacen surgir preguntas respecto de si ocurre un tipo similar de herencia entre humanos, por ejemplo si hombres expuestos al trauma de una zona de guerra pueden transmitir esa experiencia de temor a sus hijos y nietos.
Los investigadores enfatizaron que su estudio fue realizado con ratones de laboratorio y que aún hay muchas preguntas sin respuesta, pero no descartan que algo similar sea posible en las personas.
“Creo que existe cada vez más evidencia, proveniente de varios estudios, de que lo que heredamos de nuestros padres es muy completo y que los gametos –esperma y óvulos– son un posible mecanismo para conservar tanta información como sea posible de una generación anterior”, señaló Kerry Ressler, profesor de siquiatría de la Escuela Emory de Medicina.
La mayor interpretación de esta investigación, si se sostiene en otros mamíferos, es que es posible que ciertos rasgos, como la experiencia de miedo de un padre, se pueden transmitir a generaciones subsecuentes
.
El estudio, publicado en la revistaNature Neuroscience, consistió en adiestrar a unos ratones machos para que asociaran el olor de la acetofenona química, que huele a cerezos en flor, con un leve choque eléctrico. Estos ratones pronto mostraron miedo siempre que eran expuestos a acetofenona.
Los experimentos de apareamiento mostraron que este miedo se pudo transmitir a dos generaciones, los hijos y nietos del primer ratón macho. Esta herencia debió transmitirse en el esperma, pues no se permitió a los machos originales entrar en contacto con sus descendientes.
Experimentos posteriores, entre ellos la fertilización de óvulos de ratón por medio de técnicas in vitro, confirmaron que este rasgo de temor, que produjo cambios específicos en el cerebro de los ratones, referentes al sentido del olfato, se transmitió en el esperma en forma de cambios epigenéticos
en las proteínas que rodean el ADN de las células de esperma.
El estudio concluyó que unaexperiencia ancestral antes de la concepción
puede ser una influencia hasta ahora poco apreciada en la conducta de los adultos, en particular cuando involucran condiciones psicológicas, tales como estrés postraumático, fobias y ansiedades.
Fuente:Lajornada/YEA