Pueblo fantasma de Fukushima utiliza muñecos para «repoblar»


colegialasniponasLos fantasmas del pasado es todo lo que queda en la ciudad de Naraha, prefectura de Fukushima, una de tantas comunidades que fueron diezmadas por las secuelas del terremoto, tsunami y la catástrofe nuclear de marzo del año 2011.

Menos de una décima parte de los residentes de Naraha han vuelto a casa desde que se retiró la orden de evacuación, pero algunos de los pocos habitantes que han regresado pensaron en una solución creativa al problema de falta de población.

fukushimamunecosLos habitantes han formado un grupo para hacer maniquíes y colocarlos alrededor de la ciudad en lugar de los muchos habitantes humanos que han estado ausentes desde que la planta de energía nuclear Fukushima N º 1 tuvo que cerrar por fuga de radiación.

Luego del gran terremoto, todos los residentes de Naraha recibieron la orden de evacuar el área después de la triple fusión de la planta y posteriormente se les dio luz verde para regresar en septiembre del 2015.

Sin embargo, sólo 718 residentes (menos del 10 % de la población original de la ciudad) habían regresado a sus hogares hasta el pasado 4 de noviembre de este año.

Con la ausencia de sus amigos y vecinos, algunos de los residentes que regresaron iniciaron el proyecto de «repoblación» en junio de este año.

Actualmente, cinco mujeres están fabricando los maniquíes, incluidos los miembros del grupo de voluntarios locales, Nanikashitai ( «Quiero hacer algo»), que cuenta con unos 30 miembros.

Las mujeres se reúnen una vez al mes en un antiguo edificio de la escuela primaria para montar cabezas rellenas de algodón en marcos de madera, así como los brazos y piernas hechas de periódico enrollado. A continuación, eligen trajes y los visten.

fukushimamunecos1La «edad» de los nuevos habitantes varían de entre los 2 a 85 años de edad, de acuerdo con las entusiastas fabricantes.

Hasta ahora, las mujeres han terminado 28 maniquíes, de los cuales unos 10 fueron ubicados en siete diferentes lugares del pueblo, incluyendo una institución financiera y una guardería. Cuando los nuevos habitantes fueron presentados a la comunidad en un evento en la ciudad, se invitó a que los visitantes les pusieran nombre, e incluso, fueron registrados oficialmente como residentes de la ciudad.

«Esperamos que los maniquíes lleven una sonrisa a los rostros de los que los vean», dijo Kaneko Takahara, de 68 años, una de las mujeres que participa en su fabricación.

Fuente: JS/YEA