Japón; Mucho estudio pero no se consigue trabajo


Lo usual es que se piense que si están bien capacitados, con un título universitario o un posgrado (maestría o doctorado), las posibilidades de ubicación laboral, ascensos y salarios elevados, estén garantizados. Sin embargo, en Japón como en muchos países industrializados se está observando un aluvión de «refugiados o excluidos» que no logran un trabajo adecuado a su formación. En una nota especial de la revista «Newsweek», edición en japonés, de junio de 2006, se señala que en Japón, en 1990, el 81% de los graduados se insertaba laboralmente, mientras que en el año 2005 apenas llegó al 60% (los que tienen maestría alcanzó solo el 47.3% y para los que tienen doctorados fue del 41%, aunque si son en ciencias exactas la proporción aumenta al 80 y 65%, respectivamente). En países donde la competencia es mayor, como Corea del Sur y Alemania, la misma cantidad de egresados (unos 300.000 cada año) están de manera casi permanente desocupados. O sea, no consiguen emplearse o aunque lo logren no siempre es en el área anhelada y al poco tiempo dejan el empleo.

Aunque tengan una especialización a través de una maestría o un doctorado no es fácil que las empresas los reciban de manera inmediata y con una buena paga. De hecho, antes de considerar el salario, un tema de discusión es si la formación recibida en las universidades refleja lo que las empresas e instituciones de investigación están necesitando. La misma Keindanren, Federación de Agrupaciones Económicas de Japón, la entidad empresarial más representativa de este país, señala que casi al 20% de los graduados con un doctorado les falta una mayor especialización, creatividad y metodología en las tareas de investigación.

Las empresas son reacias a contratar graduados con muy alta preparación porque tienen que pagar más y asignar responsabilidades, cuando lo que quieren es que un profesional trabaje en su especialidad, en las tareas anexas, mantenga una conducta equilibrada en las relaciones humanas y no cobre mucho. Un joven o no tan joven con un doctorado no siempre encasilla bien en los requerimientos de las firmas.

El problema es complejo, pues en el caso de Japón muchas de las mismas universidades no tienen capacidad de formar y capacitar para lo que requiere el mundo laboral y empresarial de hoy; y por otra parte, los jóvenes que se prepararon y no tienen mucha experiencia de vida y están casi en una burbuja lejos de la realidad creen que con la preparación que tienen pueden y tienen derecho a un buen empleo, a una buena paga y un futuro relativamente asegurado.

Un dilema que muchos de los países industrializados deben sortear por producir demasiados graduados universitarios sin realizar una planificación estratégica como país de las necesidades profesionales a mediano y largo plazo.

IPC