Ambientalistas denuncian ataque de balleneros japoneses


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La organización ecologista Sea Shepherd denunció el miércoles 20 de febrero que dos de sus barcos fueron «embestidos» por balleneros japoneses en el Océano Antártico, lo que dañó ambas embarcaciones, aunque sin causar heridos.

Según Sea Shepherd, el ballenero nipón «Nisshin Maru» chocó deliberadamente contra sus barcos «Steve Irwin» y «Bob Barker» y les ordenó abandonar el área.

«El Nisshin Maru ha embestido al Steve Irwin y al Bob Barker, pero ambos barcos se mantienen en sus posiciones», escribió el capitán Paul Watson en su página de Facebook.

El vocero de los ecologistas, Jeff Hansen, explicó a la radio australiana ABC que el «Steve Irwin» tiene daños en la popa y en el lado derecho del casco.

Hansen también denunció que los guardacostas japoneses arrojaron granadas de aturdimiento contra la tripulación.

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La presente campaña de Sea Shepherd contra los balleneros japoneses en la Antártida, denominada «Tolerancia Cero» y en la que participan cuatro embarcaciones y 120 activistas, es la mayor realizada por la organización ecologista.

A principios de mes, un barco japonés entró en una zona económica exclusiva australiana en el Antártico cuando perseguía al «Bob Barker», días después de que este lograra interceptar al «Nisshin Maru».

El año pasado Japón no pudo cubrir un tercio de su cuota de capturas, fijada en 900 ballenas, debido al mal tiempo y a los dos barcos de Sea Shepherd, que persiguieron a los barcos japoneses a lo largo de 27 mil kilómetros para impedirles la pesca.

Australia, Estados Unidos, Holanda y Nueva Zelanda instaron a los ecologistas a adoptar una actitud responsable esta temporada en aguas de la Antártida, donde Sea Shepherd ha protagonizado en ocasiones anteriores abordajes, lanzamientos de ácidos corrosivos o encadenamientos de sus activistas a los balleneros japoneses.

El Ministro de Medio Ambiente australiano, Tony Burke, dijo en un comunicado que estaba buscando más información sobre el incidente.

«El Gobierno condena la llamada caza científica de ballenas en todas las aguas e instamos a todos en el océano para observar la seguridad en el mar», dijo Burke.

Japón abandonó la caza de ballenas en 1986 tras una moratoria internacional, pero la retomó un año después tras alegar motivos científicos y fletó expediciones a la Antártida en nombre del Instituto de Investigación de Cetáceos. En octubre del 2011 prosiguió de forma intensiva con la cacería de ballenas para supuestamente «investigar sus estómagos».

Fuente: AP/YEA