Enjo Kosai o la búsqueda del arubaito.


Las jóvenes japonesas, a fín de estar siempre a la moda son capaces de gastar altas sumas de dinero con tal de poseer una determinada prenda de vestir, bolso o accesorios, cuyos precios generalmente son impagables para la familia media. Por tal razón, abundan los locales de ropa usada y sitios de subastas en Internet, donde jóvenes intercambian o venden sus productos para ganarse algunos yenes con qué comprar lo último de la moda. Ciertamente abstenerse de tales artículos no es una opción, así que habría que conseguirse dinero de cualquier forma posible. Una opción son los empleos de medio tiempo arubaito pero cada vez son más difíciles de conseguir, además de que no proporcionan dinero a la velocidad que los cambios demandan. Sin embargo, para algunas adolescentes en Japón, parece existir otra alternativa.

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El contexto social

» La vida en Japón es la misma como en cualquier pais desarrollado del mundo: sólo que mucho más rápido» suelen comentar algunos extranjeros. Y esa situación la entienden los grandes consorcios discográficos, quienes, por ejemplo, durante el lanzamiento de un disco pueden vender hasta 100 mil copias de un single en pocos dias, y a la semana siguiente no vender ni una sola, pues ya es obsoleto. Esta dinámica social, muy estrechamente ligada a los mercados fiinancieros y a la demanda de los mercados locales, ha propiciado una cultura juvenil de la compra-venta a ultranza.

Japón posee muchas virtudes en cuanto a su cultura, pero también como cualquier otro país, tiene sus propios razgos oscuros y deplorables. Con una larga tradición de viejos rabo-verdes y pervertidos, Japón ocupa el primer lugar en pornografía infantil en el mundo, donde hasta hace algunos años se concentraba el 80% de la producción mundial y de servidores en Internet que albergaban páginas de este tipo. (Fuente:1998 Interpol country reports on human right practices).

Los programas de TV, las películas y las series de anime no dejan de «parodiar» este hecho. Escenas del programa «Mecha2 Iketeru» transmitido en 1998. El señor jefe de familia se lanza sobre las piernas de Kaori Iida, en una muestra de actitud «happosai».

Este largo historial ha sido objeto de la condena por parte de la comunidad internacional y de organismos como la UNICEF al gobierno de Japón por solapar tales prácticas, lo que ha conducido a que en años recientes se estén modificando drásticamente las leyes y se esté revirtiendo este fenómeno. Sin embargo a pesar de que en 1999 se aprobara una ley contra la explotación sexual infantil y se prohibiera a partir de entonces vender o distribuir tales imágenes, no hay leyes que las prohíban exibir en sitios web personales. (Fuente: BBC News, 19 Abril 2002). Casos de niñas de 6 años que son fotografiadas desnudas bajo el consentimiento de los padres, y cuyas fotografías son ampliamente difundidas legalmente en los llamados «photobooks», desde los años 60’s son un negocio muy lucrativo, debido a la enorme demanda por este tipo de artículos. (Cerca del 1% del producto interno bruto corresponde a la industria del sexo, equivalente a otros rubros). En una sociedad tradicionalmente dominada por los hombres, todavía predominan preceptos contra la mujer y principalmente hacia la mujer adulta, pues es considerada como «poco valiosa» , por lo que para ser artista idol es necesario ser muy joven (menor a los 18 años – la mayoría de edad en Japón es de 20 años, a diferencia de 18 como en otros paises del mundo-). La belleza infantil o adolescente es sumamente admirada, en un hecho singular que sin duda aisla al país del resto del mundo, donde por lo general se admira a la belleza adulta. Cuestiones como la inocencia ,la pureza, la niñez y la adolescencia son elementos muy preciados por los nipones, sin embargo tales límites en una sociedad tan complicada como la actual, rebasan la simple admiración y se deriva entonces en la consecuente explotación sexual.

Esto ha generado un fenómeno actual que se caracteriza por un gran «sentimiento de soledad» de las mujeres adultas, (despues de los 20 años ya no hay atractivo socialmente aceptable) y entre otras cosas, consideran que no existen «hombres buenos» por lo que sobreviene el divorcio (ha aumentado màs del 40% en los ultimos 10 años) o la permanencia de la soltería, hecho que ha repercutido no sólo a casos de profunda depresión, sino por otro lado en una creciente emancipación de las mujeres (que tuviera su origen en la era Meiji) y que se refleja incluso en que en algunas regiones (principalmente rurales) el ingreso económico promedio de las mujeres supere al de los hombres.

El fenómeno social

A pesar de la incipiente influencia de la moral católica, las religiones mayoritarias como el budismo y el shintoísmo no condenan la práctica libre del sexo, por lo que un gran número de chicas adolescentes han optado el tener citas con salaryman de mediana o mayor edad (según la urgencia monetaria), a fin de sufragar sus gastos personales y estar a la última moda. Este mercadeo, llamado «enjo kosai» (cita compensada) vá desde caminar tomados de la mano, una cena romántica , hasta una cita en hotel para tener sexo, donde además es común que se les pida asistir con sus trajes escolares de «sailor fuku». Una proporción de casi el 50% de las adolescentes en Japón consideran «no ver mal en absoluto» este tipo de prácticas, y cerca de un 30% declaran haber asistido al menos en una ocasión a una cita de este tipo.

Este fenómeno se dio a conocer mundialmente en 1996 con el cortometraje «Cotton Candy» (Dir. Roshell Bissett,Japón 1996) en el cual se muestra la vida de varias jovencitas de colegio practicar este tipo de actividades. Sin embargo, estudios mas serios al respecto (York University, 2003) indican que actualmente no más del 10% de las adolescentes en Japón han tenido una cita de este tipo, lo que indica una disminución aparente de este tipo de prácticas.

Asi pues, hablar del «panchira» (imágenes comunes en el anime donde se muestran jovencitas mostrando sus bragas en un sinfín de situaciones cotidianas), no sólo es un elemento recurrido por las compañías de anime o mangakas , sino también como parte de prácticas comerciales por parte de algunas tiendas o mercados (llamados bloomer shops), donde se exhiben y venden prendas íntimas usadas, e incluso uniformes «sei» y «sera fuku» usados y sucios. En muchos de los casos para incrementar el costo y dar más valor al producto, las mismas adolescentes se quitan las prendas enfrente del cliente y anexan una foto personal, siendo las prendas más valiosas aquellas que contienen rastros menstruales o incluso heces. Este tipo de temas ha sido objeto de escándalos públicos que involucran a altas esferas del poder y de la administración de justicia, e incluso después de la entrada en vigor de las nuevas leyes ha habido casos muy notorios como el de un propio «Juez» que contactaba jovencitas de colegio para que le brindasen servicios sexuales. Un caso reciente que sonó mucho en el medio del espectáculo fué la aprehensión y encarcelamiento del famoso productor de cine Imazeki Akiyoshi (importante productor que trabajó para el Hello! Project), quien pagaba a una jovencita de colegio de 16 años para mantener con ella relaciones sexuales. Otro caso reciente (Junio 2004) 4 niñas de 12 y 13 años de edad fueron secuestradas en Shibuya (el barrio mas popular frecuentado por los jovenes en Tokyo) y se les encerró amordazadas en un departamento por 4 dias.Cuando su captor se suicidó, una de ellas escapó y dió aviso a la policia. Ante este hecho, cierto político de mediano rango aseguró (sin argumento alguno) que las culpables debian ser la niñas y que lo que les habia pasado se lo merecían y que seguro ellas lo habian provocado. También es importante señalar que cerca de los 1500 homicidios que se cometen en promedio por año , un porcentaje alto de ellos corresponde a crímenes asociados a este tipo de conductas.
Cómo se pretende frenar este fenómeno

A pesar de los esfuerzos de Junko Miyamoto, coordinadora de ECPAT/STOP, una organizacion no-gubernamental que combate este tipo de abusos contra las menores , este fenómeno ha tomado nuevos bríos con la proliferacion de los telefonos celulares y los sitios de internet, pero la lucha se sigue dando, principalmente tratando de cambiar la mentalidad de la poblacion mediante la imposición de leyes (leyes que hasta antes de 1999 no existían). «Todo mundo habla de ello en las escuelas», dice Emiri, una chica de Tokio de 17 años. «Ante las nuevas restricciones estamos pensando en regresar a las bloomer shops (tiendas donde las adolescentes venden sus prendas usadas), donde hay un sistema que te permite contactar hombres y negociar con ellos los precios». (Japan Times, junio 10 2003)
Este tipo de situaciones alarma a las autoridades en todos los niveles de gobierno y educativas y ha mantenido en el centro del debate nuevas modificaciones a la ley,donde ahora se contempla incluso proceder legalmente no solo contra los sitios web, las tiendas que organizan este tipo de encuentros o los clientes, sino incluso y de alguna forma, contra las mismas adolescentes.

¿De dónde saca esta niña para este bolso tan costoso?
Escenas del drama «Yanpapa» (Young father), donde participa la idol Maki Goto. Transmitido en diciembre de 2003.

Finalmente esto es Japón, no Tailandia. Las adolescentes que practican estas actividades son generalmente de clase media y tienen un nivel de vida relativamente acomodado. Estas chicas no tienen que estar por las calles buscando clientes. Su base tecnológica consta de telefonos celulares con video en tiempo real, páginas en internet, personales o de las llamadas webs deai-kei busca-parejas, donde publican sus numeros personales. El encuentro es muy simple:reciben una llamada, acuden a un sitio acordado, suben a un auto y regresan a sus casas, donde generalmente sus padres que trabajan todo el dia e incluso dias enteros, no tinen la mas minima sospecha de lo que hacen sus hijas por las tardes o noches. Lo sorprendente es la capacidad de regresar a sus vidas normales como si no hubiera ocurrido nada. Al dia siguiente, acuden al colegio, se preocupan por sus examenes, bromean con sus amigos y son como cualquier adolescente de su edad, formando con ello el fenómeno social más bizarro, donde adolescentes en uno de los paises mas ricos del mundo son presas de la más efímera superficialidad y venden sus cuerpos a fin de mantenerse al día en cuanto a moda se refiere.

Cómo es la percepción de la población en Japón ante este fenómeno

Las reacciones en la sociedad son muy diversas, puesto que a la mayoria de la poblacion le incomoda hablar sobre el tema y simplemente tratan de ignorarlo. Para muchos, no existe tal problema, incluso sociólogos japoneses aseguran que el enjo kosai es un proceso natural por el cual las adolescentes aprenden a mantener relaciones adultas. «Los hombres necesitan compañia, pues se sienten solos», es frase común de muchas mujeres adultas quienes involuntariamente aceptan el hecho y justifican a sus esposos, quienes en su mayoria trabajan durante meses fuera de sus familias. Así pues, se dice que más del 60% de los japoneses casados tienen relaciones extramaritales y por ende el hecho pasa a ser algo que no precisa más que la aceptación silenciosa en complicidad de toda la sociedad.

Sin embargo, a pesar de la indiferencia, existen grupos progresisas como ECPAT/STOP que buscan reivindicar el papel de la mujer en una sociedad donde trágicamente la mujer acepta el rol de inferioridad y buscan aminorar este tipo de prácticas. Algunos demandan que se incluyan en los programas educativos cursos de ética, pues estudios reflejan que el fenómeno ejemplifica la actual forma de relación superficial, de vacío, de soledad, de aislamiento y de sometimiento hacia las mujeres en las relaciones sentimentales japonesas.

Algunas agrupaciones feministas preocupadas por el tema, sugieren que para detener el fenómeno, es necesario enseñar a la sociedad en su conjunto, que las mujeres son iguales a los hombres y que por lo tanto éstas pueden ganar una posición económica mediante otros medios, al ejercer alguna profesión u oficio, mejorando su autoestima y desarrollarse mejor en su formacion ética y en la calidad de sus relaciones, pues es muy bien sabido que las relaciones sociales no son precisamente lo suficientemente sinceras y sanas como podría esperarse.

Afortunadamente, se ha incrementado el número de profesionistas mujeres en Japón, y poco a poco comienzan a ocupar algunos puestos de mediano y alto rango, pero la tendencia aun no es alentadora, pues siglos de tradición no podrán ser abolidos de un dia para otro.

Por supuesto el fenómeno del enjo kosai es generalizado en todo el país, no solo las areas urbanas, sino incluso comunidades rurales el numero de adolescentes con esta actividad es enorme. En poblados rurales incluso pareciera increible ver el número de teléfonos de chicas que ofrecen esos servicios, donde generalmente los clientes son personas conocidas del poblado, y donde la complicidad y aceptación silenciosa es un fenómeno sin precedentes.

Los diarios, los noticieros, las pláticas cotidianas, las series televisivas, involucran recurrentemente este tipo de temas, lo que ha hecho que la sociedad nipona se enfrente ante el paradigma de auto-definirse en ese aspecto. Ciertamente la niñez en Japón es muy breve, no sólo por el ritmo de vida tan acelerado de la sociedad, sino incluso por cuestiones culturales, y los mercados emplean frecuentemente a las adolescentes como mercancía de explotación, lo que hace que toda esta problemática sea sólo una consecuencia de este mercadeo.

Para los extranjeros que laboran en los colegios, resulta ser un hecho asombroso cómo nadie se preocupa por remediar el fenómeno. El sistema educativo sólo explica a las adolescentes las consecuencias como contraer enfermedades, o el peligro de ser víctimas de lesiones u homicidio, pero no existe la menor intención de integrar programas de ética que enseñen que esa no es una actividad lícita, dígna ó éticamente correcta o que incentive el autoestima o la superación.

Para las mujeres adultas sólo representa un hecho más que no amerita más que la aceptación. Aunque, por otro lado, si una adolescente es sorprendida, es duramente criticada y se le trata cual delincuente, lo cual no soluciona el problema sino que la induce en su desesperación a integrarse al mercado sexual adulto muy bien consolidado en Japón.

La discusión continúa, sea mediante la aplicación de leyes más estrictas, o bien con la influencia de la moral de las religiones incipientes, o con una busqueda de la ética en los programas educativos y sociales. El grado de descomposición social, el nihilismo que afecta a la juventud actual y el mercadeo a ultranza de todo, forman un caldo de cultivo para este tipo de expresiones. Lo cierto es que difícilmente estos fenómenos se podrán revertir a no ser que se dé una transformación de toda la sociedad. Si bien el mundo volteó la vista hacia Japón e hizo esta condena, se fortaleció a las ONGs niponas que luchaban de antaño contra esta explotacion, sin embargo un sector importante en el país nunca aceptará ni querrá cambiar este hecho. Entretanto, habrá que preguntarnos ahora si la sociedad querrá o no ese cambio, o si por el contrario, cualquier otra vista desde fuera será recibida con un simple «baka gaijin».

(Texto basado en las fuentes ya citadas, multiples articulos en prensa internacional y especialmente en el ensayo escrito por Jennifer Liddy, profesora colaboradora del Ministerio Japonés de Educación.)

Más info:

Artículo escrito en 1997, antes de la aplicacion de las reformas legales y en pleno auge del fenómeno: www.geocities.com/Eureka/Concourse/4380/ninas.htm

– Gracias a Ayaka por su link 🙂